Friday, June 05, 2009

Los límites de la Direccion por Objetivos

¿Seguro que tiene límites? ¿LA DIRECCION POR OBJETIVOS?

La Dirección por objetivos es una gran herramienta de control de las distintas unidades organizativas de una empresa, pero como ya sabemos, toda herramienta tiene sus límites y su utilización óptima (o eficiente).

Os voy a contar una historia que oí hace tiempo y me parece muy ilustrativa al respecto. Espero que os resulte interesante...

Un anciano sacerdote, cuya vida la había dedicado a la oración, al sacrificio personal y a ayudar a los demás, al morir subió a las puertas del cielo esperando entrar en él.

Mientras esperaba a que le juzgara San Pedro, para poder entrar o no al Cielo, se sentó al lado de otra persona que parecía bastante nerviosa.

Se dirigió a él para tranquilizarle, diciéndole: "Hijo, he sido sacerdote durante toda una larga vida y aunque no he convertido a muchos pecadores, creo que he ayudado a todo aquel que me lo pidió y he amado a Dios sobre toda las cosas y en todo momento. ¿Te puedo ayudar mientras esperamos? ¿Por qué no me cuentas tu vida, que de seguro así te calmas y te presentas a San Pedro en mejor situación?"

El otro hombre, mirándole fijamente por si le estaba tomando el pelo, le contestó:
"Mire, sacerdote, yo he hecho lo que me ha parecido bien durante toda mi vida, y he seguido mis pasiones: la velocidad, los coches y la buena conversación. Y no estoy nervoso ni agitado, es que soy así ¡Caramba!

Es más, cuando tuve que ponerme a trabajar, y después de mucho meditarlo, me hice taxista, pues me gustaba conducir y dar palique a mis clientes y hacerles el trayecto más agradable. Yo creo que también he cumplido mi cometido y muy profesionalmente."

En ese instante les convocó a ambos San Pedro. Leyó su historial y les dijo: "Taxista, te has ganado el cielo, pues has convertido y hecho rezar a miles de pecadores. Pasa y disfruta de tu recompensa. Sacerdote, tu primero vas a ir al infierno una temporadita y después veremos qué hacemos contigo, pero no lo veo muy claro."

El sacerdote no daba crédito a sus oidos: "¿Qué me dice, San Pedro? Después de toda una vida de sacrificio, ayuda a mi prójimo y oración... ¿Voy a ir al infierno? ¿Y qué ha hecho el señor taxista que no haya hecho yo?"

San Pedro, lúcidamente le respondió: "que... ¿qué ha hecho este señor taxista que no haya hecho usted? Muy sencillo:

Cuando se subía un cliente a su taxi, entre el palique que les daba y su forma de conducir tan veloz, rayana en la temeridad, todos, absolutamente todos los que se subían en el vehículo ( y en menos de un minuto), se arrepentían de sus pecados de todo corazón e incluso tiene más de 200 conversiones en su haber ¡Qué forma más formidable y temeraria de conducir y de convertir pecadores!

¿Y tú? ¿Cuántas conversiones has conseguido? ¡Dos beatas! Simple y llanamente, dos beatas que encontraron el camino para ser santas"

Y como todo su cuento tiene su moraleja, simplemente decir: Dirección por objetivos...

Saludos y gracias a quien me lo contó,

0 Comments:

Post a Comment

<< Home